6/08/2020

BALANCE JUNIOR FILIPENSES (PARTE 1)




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Pulsa "Play"  arriba en la imagen de "Sound Cloud" y escucha al protagonista de la entrevista !!!




En esta ocasión vamos a realizar una entrevista en 2 partes, hay muchas cosas que contar. Para este reportaje vamos a contar con cuatro jugadores de segundo año de equipo Junior Masculino de Filipenses Baloncesto (Miguel Alconero, Álvaro Acítores, Juan Tejerina y Pablo Sierra) y con su entrenador “Toño” Pariente. Personalmente ha sido una gozada ver disfrutar a este grupo durante este año, más que verles ganar. La gente como yo que se pierde en las tácticas o dinámicas del juego, nos fijamos en esos pequeños detalles que se ven en lo personal y que dicen mucho. Siento que vuestro final haya sido tan cruel después de tantos años de trabajo, pero nadie os puede quitar lo bailado.



¿Qué mensaje tienes para estos chicos después de tantos años mano a mano contigo?

Toño: Antes de nada me gustaría agradecer, a todo mi equipo en general y a los jugadores de segundo año en particular, el compromiso y dedicación que han tenido a lo largo de estos años conmigo. Me quedo con la entrega, la garra que han demostrado en cada partido o en cada entrenamiento, sabiendo en todo momento cada uno asumir su rol dentro del equipo.
En mi dilatada carrera como entrenador no he conseguido reunir un grupo tan homogéneo y equilibrado como éste, a pesar de las dificultades que hemos tenido por el camino. Ha sido un pena terminar esta temporada así, hubiese sido el premio final a tantos años de esfuerzo y dedicación.

Después de unos 10 años ligado a un mismo Club va a costar hacer un resumen ¿Nos cuentas el tuyo?


Miguel: Tras 9 años jugando y gracias a mis compañeros puedo sacar más blancos que negros, aunque siempre hay grises. Si que te duele ver que amigos con los que has echado lazos gracias al deporte lo van dejando. Desde los primeros años hasta alevín, me quedo con los “Fanatic Mini” y con otros torneos como la Mini Copa Easo, estas veces eran las primeras veces que dormía fuera de casa y he de comentar que los inicios eran difíciles (risas).
También recuerdo una lesión de brazo (rotura de radio y cúbito) y aunque fue duro estar sin jugar me ayudó a hacerme más duro a nivel mental y deportivo. A partir de Infantiles te das cuenta de que juegas para algo más que los aplausos de la familia y obviar los consejos de mi madre para que tenga cuidado. Al final ponemos en riesgo nuestra integridad física por poner a nuestro equipo más cerca de la victoria, es el espíritu de poner el equipo por encima de la persona. También me gustaría agradecer a todos esos compañeros que he tenido y ahora juegan en categorías superiores, que han sido un espejo para mí y he aprendido mucho de ellos. En el equipo hay muy buen rollo y tenemos nuestros piques sanos, estos fomentan la intensidad de manera más graciosa y el ambiente de este año ha sido el mejor que he tenido en estos años. Aunque este año también hemos tenido el lastre de la falta de jugadores porque muchos lo van dejando, aquí nos echaron una mano los fantásticos jugadores cadetes y nos han ayudado mucho y a buen nivel. No me quiero olvidar de nuestros entrenadores con una frase de Napoleón para referirme a su labor “Si montas un ejército con 100 leones liderados por 2 perros, esos leones morirán como perros. Pero si montas un ejército de 100 perros liderados por 2 leones, los perros lucharán como leones”. Por último dar las gracias a toda la afición y padres/madres que nos han ido acompañando en cada partido dándonos su apoyo.

Aunque eres el que menos tiempo ha jugado de los cuatro ¿qué han sido para ti todos estos años?

Álvaro: Empecé en 1º ESO, con la mala suerte que me rompí la pierna al segundo día de entrenar y perdí la temporada entera. Durante todos estos años yo he jugado para divertirme, no tanto para ganar porque no tengo las capacidades o el talento necesario para destacar demasiado. Yo lo que hago lo intento hacer bien, no juego mucho pero pasármelo bien con mis compañeros es lo principal. También vivo mucho los partidos, aunque no sea el que más aporte para ganarlos. Aunque siempre he jugado poco, este año he podido jugar más de lo normal y ha coincidido con la temporada más exitosa de todos estos años, hemos quedado invictos y jugando contra equipos muy fuertes como el Leonés o un cantera de ACB (Miraflores). Me ha encantando ver que he aportado al equipo lo que he podido y me he sentido muy involucrado, la pena es que haya acabado de esta manera tan dura.
Mi futuro deportivo es incierto, ya que jugar en EBA es muy exigente y hace falta mucho nivel. Lo más seguro es que me marche a Barcelona, allí buscaré un equipo adecuado a mis características para poder seguir disfrutando aunque sea en partidillos con los amigos.

Junto con Juan, haces las funciones de capitán del equipo ¿qué funciones tienes en estas categorías de base?

Miguel: Tiene que ser alguien con experiencia, saber qué derechos y obligaciones tiene, esto es algo que se gana con la veteranía. Nosotros siendo de primer año tuvimos la suerte de que las generaciones mayores que nosotros eran muy capaces en esta función. No quiere decir que el capitán sea alguien de segundo año, tiene que juntar veteranía y empatía. Ser capitán no se limita a ver quien está inscrito en el acta, debe ser el elemento comunicador y correo de transmisión entre vestuario y entrenador, tener la confianza de todo el equipo y tener claro que el respeto se gana, no se impone. Ser capitán no te hace dejar de ser humano porque también fallamos y tenemos que estar al pié del cañón, siendo ejemplo para los demás.

Tienes que contarnos de donde viene tu apodo de “Stephen”, aunque me imagino que sea cosa de tus amigos (deportivos y académicos) con los que guardas una gran relación dentro y seguro que tiene una gran peso en tu día a día ¿no?

Álvaro: Pues viene de las matemáticas (risas) ya que en 1º ESO me rompí la pierna e iba en silla de ruedas al principio y les recordaba a Stephen Hawking, y como a ambos se nos dan bien las matemáticas me quedé con ese nombre, era el chiste fácil… aunque también me gusta que me digan que es por Stephen Curry ya que es un buen jugador, aunque yo no lo sea tanto.
También quiero agradecer mucho el apoyo de mis amigos y toda la afición en los partidos, les gusta verme jugar aunque tampoco juego en exceso y siempre que salgo mis minutillos les oigo animarme desde la grada. Este año recuerdo cuando fueron a animarme con unas caretas con la imagen de mi cara y se las pusieron como en la NBA, me apoyan mucho y cuando meto un triple es una pasada verles. Al igual que le pasa a mi compañero Marcos Ochoa, al que también le apoyan mucho cuando las cosas le salen bien, se agradece mucho la verdad.

Llevas años compaginando jugar con arbitrar ¿cómo está siendo esta experiencia?

Miguel: Llevo desde 3º ESO arbitrando y todo comenzó al terminar un entreno en Campos Góticos. Sergio Cea, nuestro entrenador y también árbitro entonces, nos propuso arbitrar algún partido de escuelas y tardé poco en aceptar la propuestas, ya que se necesitaban árbitros. No sabíamos donde nos metíamos y cuando se lo dije a mi padre no tenía ni silbato, así que bajé al bazar de abajo de casa a comprarme uno...y sonaba fatal (risas). Ya luego mi padre me trajo un silbato en condiciones.
Estuve 2 años ayudando a mi Club hasta que me metí en el Comité para pitar a nivel autonómico y he tenido la suerte de conocer a grandes personas que desde la perspectiva de jugador de Club no hubiese tenido ocasión. Me ha ayudado a ser una persona más empática con la labor del otro y ser más respetuoso y cauteloso, cosa que me ha servido para manejar alguna situación. Al evolucionar como árbitro, también lo he hecho como jugador dándome cuenta que también son humanos y se equivocan, mereciéndose el respeto como si fuese un jugador de tu equipo. Al final el árbitro y el jugador son complementarios en el campo.

Sin ser protagonista en los equipos que has jugado a nivel de números, has asumido tu rol y es difícil ya que todos quieren sus minutos ¿cómo lo has ido llevando durante estos años?

Álvaro: Yo estoy contento con mi rol, aunque me pase un día entero en el bus y luego viendo los partidos de los cadetes o infantiles y sabiendo que luego voy a jugar poco. Esto no importa y lo que hay que hacer es pasar el día con el equipo y pasártelo bien porque somos amigos, aunque entiendo que hay gente que se enfade por no jugar. Yo soy consciente que en partido apretado no voy a disponer de minutos, ya que tengo compañeros que van a aportar más que yo porque son mejores, y yo me dedico a animar todo lo que puedo. Somos un grupo muy unido y eso se nota en la pista, intento que nos llevemos todos bien y somos buena gente, no somos chupones, nunca nos recriminamos nada… es lo que tiene y debe ser un equipo.

¿Con qué te quedas de todos estos años y cómo has gestionado tu día a día?

Miguel: Es un aspecto delicado porque tienes que elegir tus preferencias, al principio éramos muchos y se tuvo que hacer 2 equipos para poder jugar la Liga Escolar. En categoría autonómica era más duro porque llegada la hora de la convocatoria y no estar se hacía duro. Aunque esto era una motivación para esforzarse más. Este año se sumó al grupo un chico nuevo, Ángel, y a estas edades estábamos intrigados porque los lazos de amistad ya están establecidos, y era una buena noticia. Lo más duro fue a los 16 años porque hubo muchas bajas, hay que priorizar las cosas y si quieres salir de fiesta, esto no es muy compatible por la exigencia y compromiso que se debe tener, siendo lo fácil prescindir del baloncesto. En bachillerato sólo quedamos los que sentimos de verdad este deporte, aunque mi padre me dice que podía seguir mientras no afectase a mi nivel académico ya que esto es una afición. Hay gente que piensa que jugamos porque no tenemos otra afición mejor y esto te enseña valores como la educación, respeto, saber ganar o perder entre otros. Aunque el año que viene deje las canchas de manera oficial por no poder dar lo mejor de mi mismo jugando, voy a priorizar mis estudios y dar gracias a Filipenses por todo lo que me ha enseñado.

¿Piensas que la clave del éxito de este año ha sido creer en vosotros mismo y afrontar las cosas sin tener nada que perder?

Álvaro: Cierto es que estando en segunda división son más asequibles los equipos que al estar en primera división, aunque nos tocó el grupo más difícil. Hay partidos que teníamos que ganarles sí o sí para lograr clasificarnos para la “Final a 3”. Encima tuvimos la suerte de jugar la fase en casa con nuestra afición, y al final la ganamos. En la siguiente fase se complicaba la cosa y pensaba que contra Leonés y Miraflores no íbamos a ganar. La verdad es que mis compañeros tenían claro que íbamos a ganar los dos y “destrozarlos”. Es muy posible que la clave del éxito haya sido creer en nosotros mismos y otra parte creo que ha sido como un exceso de confianza por parte del equipo contrario de que éramos inferiores; cuando se quisieron dar cuenta era tarde y en un final de partido apretado nos supimos sobreponer.

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