⬆ AUDIO ENTREVISTA ⬆
Pulsa "Play" arriba en la imagen de "Sound Cloud" y escucha al protagonista de la entrevista !!!
¿Quién
es Ángel Chávez?
Me
llamo Ángel Chávez Baquero, pero hay una pequeña historia en la
familia y es que unos nos apellidamos “Cháves” y otros “Chávez”,
cosas de los que trabajan en los registros de familia (risas). Tengo
36 añitos, natural de Palos de la Frontera (Huelva) y aunque soy
andaluz de pura cepa ya estoy perdiendo algo el acento con todos lo
años que llevo aquí. La mayor parte de mi vida he trabajado en la
construcción y ahora, desde que estoy en Palencia, trabajo en Fasa
Renault. En estos 5 años aquí, he tenido la suerte de poder seguir
disfrutando del baloncesto en el C.B. Palencia y en Filipenses.
Después
de más de tres décadas jugando al baket ¿Cómo fueron tus inicios?
Uff..
tres décadas, que viejo soy (risas). Pues comencé a jugar al
baloncesto en el cole con 6 añitos, como cualquier niño; y la
verdad que no sé porqué, con esa edad, algo se me pasaría por la
cabeza que me hizo comenzar a jugar. Sí que puedo decir que me
enganché muy rápido, entre el baloncesto y el colegio casi no
paraba por casa. Ha sido una época muy bonita, con muchos recuerdos
y gente conocida con la que aún guardo contacto y somos amigos.
Siempre que nos llamamos recordamos esos momentos y no podemos evitar
que se nos escape una sonrisa.
Todo
niño sueña con jugar en la élite, habiendo estado en varias
preselecciones y no dar ese paso más ¿cuesta digerir el no poder
avanzar más?
Eso
eran palabras mayores para mí. Si que tuve la oportunidad de ir a
preselecciones siendo jugador de escuela. Sí que puedo decir que al
club del C.B. Palos le considero como mi casa y siempre que voy allí,
así me lo transmiten ellos. Por esos años sí tenían un equipo
profesional en Liga Eba y sí que, como canterano, tuve el sueño de
jugar en el primer equipo. Me dieron esa oportunidad de poder
entrenar y jugar con ellos algún minutillo. No me costó digerir no
progresar más, ya que por circunstancias de la vida me tuve que
poner a trabajar pronto.
Compaginando
trabajo y deporte durante años, haces las maletas y decides venir al
norte en una decisión dura de tomar y asimilar ¿Cómo es el momento
de tomar esa decisión?
Pues
de tomar no tanto...era lo que quería, ya que tengo aquí a mi
pareja y era lo que necesitaba. Ha sido más duro de asimilar, el
dejar a mi familia y amigos e irme a tantos kilómetros. Soy una
persona muy familiar y muy de amigos, disfruto mucho estando juntos.
En esos momentos el apoyo de todo mi entorno resultó clave, sin
ellos no hubiese sido posible dar ese paso. Ya llevo 5 felices años
aquí y estoy muy orgulloso, arriesgué todo por estar en Palencia y
no me arrepiento de nada.
Me
ha dicho un pajarito que bailas muy bien “salsa” ¿Son ciertos
esos rumores que eras profesor de baile? (risas)
Pues
ese pajarito te ha informado bien (risas). He bailado durante muchos
años, aunque ahora lo tengo abandonado. Estuve varios años bailando
con mis hermanos en una academia. La profesora me propuso bailar con
ella y disfrutamos mucho de esa experiencia yendo a bailar a
congresos, ferias o actos. Recomiendo que a todo aquel que le guste
se anime a hacerlo porque lo va a disfrutar muchísimo.
Llegas
a Palencia y buscas un equipo en el que seguir jugando ¿Nos cuentas
cómo fue esta búsqueda?
La
búsqueda la hice con tiempo, estando aún en Huelva, ya tenía fecha
para venir aquí y quería dejar las cosas hechas. Miré por internet
y mandé un mail al C.B.P. y me puse en contacto con Alberto Roda
(entrenador del 1ª Nacional). Le comenté que me gustaría entrar en
la dinámica del equipo y, cuando llegué a Palencia, me puse a
entrenar con ellos. Después de varios entrenos, como ambos estábamos
contentos, optaron por hacerme ficha con el primer equipo y les estoy
muy agradecido por la oportunidad que me dieron durante 4 años.
Tras
3 temporadas en el C.B. Palencia ¿Cómo valoras esta etapa?
Muy
buena, tengo unos grandes recuerdos. Muy agradecido en lo personal
con todos (directiva, entrenadores y jugadores) ya que se portaron
conmigo de una manera increíble, desde el primer día, dándome
apoyo y cualquier cosa que necesitara. A nivel deportivo, no se pudo
lograr cosas en la competición, pero sí es de valorar que con un
equipo tan joven se diese tanta guerra y se compitiese en cada
partido, dando todo en cada entreno, gente muy comprometida…Me
consideraba el “abuelo” y ver como, día tras día, se disfrutaba
del baloncesto a pesar de los resultados que teníamos.
Por
las circunstancias que nos has dicho antes, recalas en Filipenses
¿Cómo planteabas tu incorporación a un nuevo Club y rival en años
anteriores?
Con
mucha ilusión. Estaba en Huelva de vacaciones y, sabiendo que el
C.B.P. no sacaría esa temporada equipo, me puse en contacto con
Alberto Padilla y me propuso entrar en la plantilla. Evidentemente
dije que sí. Sobre lo de encontrarme con unos compañeros que habían
sido mis rivales, al final lo que sucede en la pista se queda en la
pista. Si que hay un “run run” de que soy cañero jugando
(risas), pero solo es un “run run”(más risas). Hay que
conocernos personalmente y es lo que realmente importa.
Sin
duda que este año en Filipenses a nivel deportivo resultó
inmejorable. A nivel humano era un bloque, un conjunto de un todo,
unos lazos personales mas allá de la pista ¿Tú cómo lo viviste?
Uff..
un año para enmarcar y no olvidar nunca. Lo he vivido de una manera
increíble. Cada cosa que pasaba al momento llamaba a mi familia para
contárselo. Estaban muy lejos y ha sido una pena que no hayan podido
vivirlo conmigo. El grupo humano que se ha creado es lo que ha
llevado a conseguir todo esto, un EQUIPO con todas las letras. Cuando
se disfruta con los compañeros, eso se nota en la pista porque todos
vamos a una. No sólo lo conseguido en lo deportivo, simplemente ver
cuando nos juntamos a comer en mi finca y mirar a casi 40 personas
allí juntas, eso lo dice todo. Me cuesta destacar un momento, aunque
quizás el partido de la fase de ascenso ante Venta de Baños en el
que lloramos todos, incluido tú, por todo lo que significó.
Se
consuma el ascenso a EBA y aunque se cuenta contigo, decides que no
continuas . Seguro que ha sido una decisión entre la razón y el
corazón ¿Cómo fueron esos días deshojando la margarita?
Una
decisión muy dura, incluso no dormía, y en el trabajo estaba
dándole vueltas a todo. Alberto no paraba de buscar fórmulas para
que pudiese seguir vinculado al equipo, y me sentía mal por no saber
qué hacer. Es mi deporte y mi pasión. Mi decisión ha sido sopesar
mi trabajo en Fasa, ya que es muy duro físicamente trabajar allí y
no iba a poder aguantar el ritmo de entrenos, la exigencia de la
competición o los viajes tan largos. Y eso que el año anterior,
cuando salía de trabajar a las 22h, me iba a toda prisa a entrenar
aunque sólo fuesen 45 minutos; después de mi jornada laboral de 8
horas de trabajo en cadena. La decisión se la dije a Alberto
mientras me encontraba en mi trabajo, porque ya no podía más con
esta situación, era mucho peso para mí en lo personal.
¿Cómo
está siendo esta etapa sin Baloncesto?
Se
echa mucho de menos todo lo que conlleva el baloncesto. El entrenar,
los viajes, las cenitas…y si te paras a pensarlo, es duro. Desde
que vine a vivir a la finca intento estar entretenido haciendo
deporte o cosillas en la finca para poder distraerme y no pensar en
ello, se echa mucho de menos.
¿Te
atrae la idea de ser entrenador o seguir vinculado activamente en el
baloncesto?
Me
lo han propuesto, pero no es una idea que me atraiga y ya me lo
propusieron en el C.B.P.. Ser entrenador es muy sacrificado, es una
actividad que conlleva mucho tiempo entre entrenos y partidos. Seguir
vinculado al baloncesto si que me gustaría, pero no sé en qué.
Ahora que soy joven me gustaría seguir jugando y cuando ya no sea
tan joven continuaré vinculado, pero no sé de que manera.
¿Tienes
una frase que te defina?
Frase
como tal no, si tuviese que decir algo sería que “Hay que ser uno
mismo”. Tengo un tatuaje en el brazo que me hice hace años por una
cosa personal y dice en pocas palabras que “hay que disfrutar de la
vida porque no sabes lo que va a pasar de un día a otro”. Eso sí
que lo llevo a rajatabla en mi vida, hacer lo que yo quiera y no lo
que la gente me diga que haga.
Para
ir acabando, quiero dar las gracias a Ángel por sacar un rato de su
tiempo y también por regalarme su amistad en el poco tiempo que nos
conocemos. Aún me emociono cada vez que recuerdo ese momento de la
fase de ascenso, muchas cosas vividas como nervios, organización y
como bien tu decías antes, alguna que otra lágrima. Gracias por
aquel abrazo Ángel.
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