Como bien dice el título de este artículo “Eso que tú me das”...
Sin lugar a duda, se ha podido vivir un acto muy especial y organizado por el club de manera excepcional, con todos los detalles muy bien cuidados. El maestro de ceremonias fue mi buen amigo y periodista de Cope Palencia, Manuel Lobejón. Y nada era mucho para este momento, pues se retiraba por primera vez en la historia del club la camiseta de un jugador, la leyenda morada URKO OTEGI. Pero no quiero centrarme en los datos, que son numerosos y difíciles de volver a verlos. Quiero centrarme en ese otro Urko, la persona que hay detrás del jugador y que no es poca cosa.
Sin duda que los primeros partidos desde su marcha, fue difícil ver esas sillas blancas de los familiares sin la presencia de Susi y de sus peques correteando por el Pabellón... aún recuerdo los cambios de pañal de la peque de la casa a medio partido.
Ese otro Urko, lejos del jugador peleón de las canchas, nos ha enseñado que los jugadores de baloncesto son algo más y es que nos ha enseñado una forma de sentir el basket palentino, luchar por lo que uno cree, no dar nada por perdido y lo más importante, aprender a levantarnos juntos cuando nos hemos caído. Lejos de la cancha y en lo personal, es de las personas capaz de dar o emocionar a los demás. Hasta en ocasiones y sin saberlo, ayuda a un niño a superar muchas dificultades personales solo con el hecho de chocarle la mano, saludarle por la calle o con una pequeña charla después del partido. Esa cercanía ha sido el pegamento que nos ha unido a todos por algo común, el baloncesto.
Creo que pocos jugadores son capaces de llegar a estas metas personales, por diferentes motivos cuesta echar raíces en un mismo sitio.
Y mientras Urko daba su discurso, podía ver a unos emocionados Juan Rubio o Chumi Ortega, quizás viendo el espejo de lo que ellos pueden llegar a ser algún día y ¿por qué no serlo en Palencia?
Urko solo hay uno y jugadores como él van quedando pocos, de los que se van haciendo a sí mismos, pero necesitamos ese tipo de personas a nuestro lado que nos hagan seguir creciendo. Obviamente, era difícil no emocionarse este día y se me hacía muy complicado hacer fotos mientras se caía alguna que otra lágrima, han sido muchas cosas vividas en lo personal y alrededor de alguien tan cercano, por muy pesado que haya sido contigo Urko.
Muchas gracias a ti y a tu familia por todo lo que nos habéis dado. Paaaaaa!!!
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